domingo, 10 de julio de 2011

El reloj hacía atrás

La Universidad es un mundo paralelo a la ficción de los momentos más nutritivos de la vida, saber que es el momento cuando más necesitas juntar tus aptitudes y demostrar tu valentía para vivir un nuevo comienzo donde el tiempo no corre normal, el reloj corre a la izquierda, el mundo gira a la inversa. Un campus tan enorme, una de las mejores universidades del mundo, no cualquiera puede lograr entrar, necesita aptitudes completamente diferentes para llegar a tener acceso. Todas las especies luchan por un lugar, no todos los consiguen.

El día de los exámenes llegó, más de cinco mil especímenes enfilados preparados para presentar el exámen de aptitudes y concoer si son candidatos a entrar a la más prestigiosa universidad. Todos venían de planetas diferentes, completamente diferentes. Aquellos que llegaban en naves de lujo y con alfombra roja para entrar, considerada la espécimen más hermosa de todas, no tenían problemas para pensar si entrarían o no, era simple formalidad por la que se encontraban en ese lugar. Ellos sabían que aunque no fueran debidamente cualificados con él simple apellido de prestigio entrarían en ese sitio, sin pensar que alguipen más debería quedar fuera. La más pobre de las especies llegaba al campus, sin llamar la atención, esa especie debía demostrar todas lasaptitudes para no hacer un lugar a los de belleza extrema. Las clases medias llegaban de diferentes mundos. Un solo mundo para una universidad era mucho, pero en realidad era poco. No todos lograban tener oportunidad.

Las 48 horas de pruebas comenzaron, todos poniendo su maximo esfuerzo y no ser una verguenza a su planeta, pero de los cinco mil que empezaban la prueba solo dos mil terminaban, y de esos dos mil solo mil eran aceptados para los ocho siglos de carreras. Comenzaron a desistir poco a poco, a cambiar de rumbos y no terminar la prueba. Aquellos que se quedaban se enfrentaban a más dificultad cada vez, sin pensar en la dificultad que faltaba en los ocho siglos de aprendizaje que quedaban en camino.

La preba terminó, cada especie volvió a su respectivo planeta, cada quien con la esperanza de ver el día de los resultados su nombre en la lista, poder saber si estaban o no estaban, todos pensando en su Dios, pidiendo estar en la lista de aceptados.

El día llegó... Casa por casa fueron repartiéndose las respuestas del exámen de admisión. En cada casa del universo habia alguien llorando, sea de felicidad o de tristeza... Poco a poco empezaría el mundo de la universidad.