viernes, 19 de septiembre de 2014

Día 4

La confiaza es vital en todas las relaciones, sean de amistad o sean de amor, pero nadie puede contar con nadie en el momento que más lo necesitas, es por ello que no es bueno confiar en nadie. Confio más en la piedra que está debajo de mí que en una persona, te dan la espalda cuando menos lo esperas, o tal vez cuando más los necesitas.

He comprobado esta teoría, realmente fui muy tonta al creer que se podía arreglar cómo si fuera un áparato que está descompuesto. No es así, una relación quebrada, no se podrá nunca arreglar, una relación quebrada queda la mancha, queda todo. Yo simplemente, no los perdonaré... jamás.

Mis pensamientos, mis días, mi todo... ¿algún día alguién los conocerá? ¿deberá alguién conocerlos? Anoche soñé con él, con nuestro pasado, con la vida que soñamos juntos, desperté con lágrimas en los ojos, con el recuerdo de su amor, o lo que creía que era su amor. Hoy despierto y me doy cuenta que estoy sola, tan sola o más que cuando llegue a este lugar.

Quisiera hablar con todos, pero no debo hacerlo, tengo una meta que cumplir, llegaré a ella, no me importará nada más hasta ese momento. Ser quien no quiero ser, ser como no debo ser, ser quien no soy... todo eso saldrá sobrando, simplemente ser.

Me gustaría creer que hay algo más para mí, pero deseo internamente morir, una vez cumplida mi venganza no habrá más para estar aquí. Una vez que todo termine, simplemente acabaré con lo que empezó todo. Conmigo.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Día 3

Cómo pasa el tiempo mientras uno se mantiene entretenido, la falta de coordinación en mis sentimientos con el mundo no es algo novedoso, es algo que, aquí, todos entienden. No soy como la mayoría de los que se encuentran encerrados como yo, solo que necesito tiempo, un poco más de tiempo, solo un poco más.

La mañana fue tan aburrida como de costumbre, me gustaba estar sola, caminar entre el jardín arreglado y, sobretodo, dibujarlo, en todos lados dibujaba rosas con espinas, no hay nada más placentero que el hecho de poder tomar venganza de aquellas rosas que me espinaron, que me lastimaron, que se olvidaron que existía.

¿Comer?, no eso no es de mi agrado, pero debo hacerlo, sino me persiguen por todo el edificio pidiendome que tome un bocado, la verdad, perdí el apetito, perdí mis ganas de seguir, como por comer, bebo por beber, sigo viva por vivir, por vivir en el dolor de todos aquellos que me dieron por meurta, que no se deron cuenta quién era la verdadera persona horrenda en esta historia.

¿Quién eres? Me pregunto a diario para mantenerme cuerda, me auto respondo en el espejo, dentro de mi mente:

*Soy Marie Anderson, actualmente el me nombró Adeline, tengo 23 años, entré aquí a los 20, solía tener una vida fuera de este lugar, me gustaba ir y venir en el auto, me gustaba mi departamento, lo había comprado con ayuda de él, supongo que es ahí donde estan viviendo. Estudié Artes, me especialicé en dramatica y dirección. Estaba por entrar becada a una nueva instancia en Reino Unido. Me gusta comer Pizza y coca-cola. Tengo dos hermanos: Joseph y Andrei, ellos se quedaron en mi natal California, yo me vine a Nueva York en busca de mejor vida, encontré lo peor. Mis padres murieron en un accidente automovilistico, el solía ser director de películas en Holliwood, yo heredé su pasión por el drama, mi madre se dedicaba al 100% a nosotros, solíamos ser una hermosa familia. Conocí a Adalberth en Nueva York, en la Universidad, eramos felices juntos, o yo creí que lo eramos, no, definitivamente yo era feliz; me enamoré de la flor sin pensar en las espinas, me espiné. Actualmente estoy en la clinica para locos, una muy cara, él la paga, soy Adeline Stewart, él me nombró, él me metió aquí, espera que yo esté feliz al termino del tratamiento, que no recuerde nada. Lo primero que haré al salir de aquí será ir en busca de mis hermanos, asegurarme que viven bien, tomaré venganza del él y lo que me hizo, querrá jamás haber existido. Esta soy yo.*