Día
1.
Desayunar
a las ocho de la mañana, es lo que hacemos todos los días, un poco de frutas
picadas, sin semillas o algo que nos pueda dañar a las 10, salir al jardín y
ver lo que sucede a nuestro alrededor, ver las coloridas flores, unos danzan
con el viento, yo solo observo detenidamente cada detalla. Los pétalos de las
rosas tan suaves, las espinas tan doloras. ¡Oh! Mi dedo está sangrando, una de
las espinas me ha cortado, de inmediato me han de llevar a la enfermería, no
quieren pensar que sea provocado por mí misma. Tiene tiempo que no siento
dolor.
Todo
ha pasado, he sobrevivido a la enfermería, me han dicho que deje de jugar cerca
de las rosas, por más hermosas que se vean lastiman más que cualquier otra
flor. Esto suele pasar, es una frase muy gravada en mí, jamás confiar en las
rosas solo por ser hermosas.
La
comida se enfría, son las cuatro de la tarde, es solo un bufete, ellos me han
de servir poco, no soy de las que como lo suficiente, prefiero tomarlo en
suplementos, no es que les preocupe tampoco.
Ver
la Tv, una compañera de delirios se ha convertido en la protagonista de la
película, cree que podrá ver a su amor si espera, el amor no sirve, solo causa
dolor. Ella llora, dice que su príncipe vendrá por ella, ha regresado de la
guerra y la amará por siempre, tendrán hijos, uno se llamará como yo, a ella le
ha gustado el nombre “Adeline” es así como me llaman en este sitio, este es el
nombre que él les dio, es así como me llamó durante tantos años.
De
regreso a la habitación, me han permitido unos colores en mis paredes, una
persona ha venido a decorar conmigo… ¿Saben que es lo que he dibujado? Rosas.
Rosas rojas, amarillas, un poco pintas, toques de morado, sus espinas las
protegen, y corren alrededor de mis cosas, terminan donde está la ropa,
comienza una nueva flor.
Él
ha venido, ha venido a ver cómo quedó decorada mi habitación, ha venido a ver
como lo representé, Valla sorpresa, no está entre mis pensamientos.
Nos
hemos quedado solos, la enfermera se fue, tienen la esperanza de que él me haga
hablar y decir cómo me siento, solo sonreiré una vez más.
“Yo
se la verdad, tú no estás loca”. Me ha dicho varias veces, pierdo mi mirada en
las flores, incluso me levanto a acariciarlas, después toco las espinas, jamás
sabrá que esa flor lo representa a él. El hecho que no hable y me pierda en el
resto del mundo les hace creer que en verdad tengo un trauma.
Hoy
ha hecho más que lo que siempre dice, hoy estamos solos en la habitación, sin
cámara que nos vigile, sin enfermera que lo abstenga. Me ha abrazado, ha
suspirado a mi oído, ha dicho que lo siente. ¿Con eso se solucionará? Llevo
tres años aquí.
Antes
de salir me ha besado los labios, sentí sus mentiras brotar como fuego que
arde, esas llamas no se apagarán, han causado demasiadas emociones. Por fin se
ha ido, ¿pensará que es todo? ¿Mañana vendrá con ella? ¿Qué le dirá de mí?
Hora
de acostarse, apagan la luz de mi habitación, me levanto a describir mi día,
tal y como ha sucedido. ¿Vendrá mañana? Sonrió firmemente a mi afirmación,
sufrirá poco a poco por lo que me ha hecho, tal vez deba pronunciar una palabra
o dos, para que crean que mejoro, y que su compañía me ayuda. En verdad si me
ayuda, me hace sentir superior, me hace sentir como sufre por no escucharme,
sufre por no estar conmigo, por haberme desechado como basura, quiero que ella
venga, quiero verla llorar y partirse, quiero que crea que acabó con mi vida,
quiero verla sufrir y arrepentirse. Están juntos, lo sé, no pudieron esperar a
mi muerte, no lo harán, ¿se habrán casado? Lo averiguaré.
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